Al comenzar el siglo, aunque el índice de analfabetismo era
todavía alto, la población lectora había aumentado bastante, sobre todo entre
la clase burguesa y entre las mujeres de las clases acomodadas. Esto influyó en
la difusión del conocimiento y de la literatura, que dejó de ser exclusiva de
la aristocracia y se extendió a la creciente burguesía. Por otra parte, la
actitud crítica característica del pensamiento ilustrado se vio reflejada en el
auge de la sátira y de la ironía en la literatura europea. En Francia, el
ilustrado Voltaire (tema 6) atacó sin piedad la intolerancia religiosa, la
injusticia y la superstición con un lenguaje claro y directo. La ironía y la
sátira de costumbres fueron también muy del gusto inglés.
Escena costumbista londinense de Hogarth, pintor satírico inglés del XVIII |
La novela epistolar alcanzará en este siglo un gran auge. El artificio narrativo de la fingida correspondencia entre dos interlocutores garantizaba la verosimilitud exigida por el pensamiento ilustrado, a la vez que permitía el análisis contrastado de la realidad desde diversos puntos de vista y la introducción de reflexiones y digresiones sobre temas diferentes. Por otro lado, su confidencialidad conectaba con la sensibilidad del lector, especialmente la del público femenino, que se sentía más implicado en el texto como testigo directo de la interioridad de los personajes. Montesquieu había establecido el modelo con sus Cartas persas (1721). Posteriormente el género adoptó un punto de vista más psicológico con Richardson (Pamela, 1740) y Choderlos de Laclos (Las amistades peligrosas, 1782). La autobiografía también se fomenta en este siglo debido al deseo de dotar a los textos ficcionales de autenticidad y verosimilitud. Se acentuó así la preferencia por la primera persona narrativa y fue habitual, como en la novela epistolar, el relato de las propias experiencias a modo de memorias o autobiografía: Confesiones de Rousseau (1789) es una de las referencias obligadas al hablar de las memorias en el siglo XVIII.
La novela es, junto con el ensayo, el género de mayor
importancia durante el siglo XVIII. Se pueden distinguir dos tendencias
fundamentales:
a) La novela didáctica
o satírica, relacionada con los planteamientos del pensamiento burgués de
exigir a la narración verosimilitud, que utiliza como recurso frecuente del
libro de viajes, con el que sitúa a un protagonista como testigo de diversos
hechos reales o ficticios en el marco de culturas propias o ajenas. Daniel
Defoe (Robinson Crusoe, 1719) y Jonathan Swift (Viajes de Gulliver, 1726)
son los ejemplos más destacados.
b) La novela
sentimental, que abre el camino a la novela romántica, estaba centrada en
el análisis de los sentimientos y reflejaba los nuevos gustos que estaba
imponiendo la burguesía. Este tipo de novela utilizó con frecuencia la forma
epistolar. Entre los representantes del género destacan Richardson (Pamela
o la virtud recompensada, 1740), Rousseau (Julia o la nueva Eloísa,
1761) y Bernardin de Saint Pierre (Pablo y Virginia, 1788).
LA NARRATIVA INGLESA:
EL NACIMIENTO DE LA NOVELA BURGUESA
La novela moderna en Inglaterra se inicia con la obra de DANIEL DEFOE (1660-1731). Defoe era un
comerciante con formación religiosa que dedicó los últimos años de su vida a la
escritura. Su primera novela, Robinson Crusoe (1719), supuesta
narración autobiográfica del joven aventurero Robinson que naufraga en una isla
desierta, en la cual permanece 27 años hasta que consigue ser rescatado.
Durante todo este tiempo tiene que adaptarse a las condiciones de vida en la
isla, primero en completa soledad, después en compañía del nativo Viernes. Es
una historia de superación personal, de lucha en solitario del hombre frente a
las circunstancias, que representa el valor del individuo frente a la sociedad,
en una naturaleza de la que aprende sus reglas y a la que logra dominar
mediante la razón, lo que se ha interpretado como modelo o justificación del
colonialismo inglés. En Moll Flanders (1722) Defoe narra la
vida de la protagonista desde su nacimiento, en el seno de una familia muy
pobre, hasta que con su astucia y esfuerzo consigue ascender en la escala
social.
JONATHAN SWIFT (1667-1745) nació en Dublín; su
compromiso por mejorar la situación de Irlanda lo llevó a intervenir
activamente en política a lo largo de toda su vida. En Inglaterra realizó
estudios eclesiásticos y se ordenó por la iglesia anglicana. Su capacidad
satírica que alcanzará su máxima expresión en Los viajes de Gulliver (1726).
La acción de este libro transcurre, en la primera parte, en el país de Liliput,
cuyos habitantes son unos seres diminutos. La segunda parte se desarrolla en el
país de los gigantes, en el que Gulliver se convierte en el juguete de una niña.
La tercera parte transcurre en el país de Laputa, formado por un territorio
fijo y una isla volante. Y la cuarta, que encierra una crítica social más
amarga, se desarrolla en el país de unos caballos, los houyhnhnms, que tienen
una sociedad muy bien organizada. El artificio del viaje le permite a Swift
hacer un curioso recorrido por países y sociedades de costumbres muy diferentes
que le sirve para acentuar el contraste y la perspectiva crítica. El resultado
es una amarga reflexión sobre la condición humana y la corrupción social.
Ridiculiza el comportamiento humano en las sociedades civilizadas y hace sátira
de las ciencias, de los inventores y los matemáticos, de la guerra, la
justicia...
SAMUEL RICHARDSON (1689-1761) puede considerarse como
el padre de la novela sentimental. Son notas comunes a sus obras Pamela
o la virtud recompensada (1740) y Clarissa
la forma epistolar y el tema de la honra. En Pamela, se narra la historia de
una sirvienta que resiste a los continuos intentos de seducción de su patrón
hasta que consigue llevarlo al matrimonio. Las tramas lacrimógenas le dieron
éxito, pero también le convirtieron en objeto de duras críticas. No faltaron parodias
de los folletines de Richardson, como Shamela
de Henry Fielding. Géneros del sigo XX como la novela rosa o la telenovela tienen
su primer antecedente en Richardson.
HENRY FIELDING (1707-1754), novelista y dramaturgo
inglés, destaca por la orientación satírica y humorística de su producción
novelística. La historia de Tom Jones, expósito (1749), su obra más
conocida, es una novela picaresca en primera persona que relata la vida y
aventuras del joven y apuesto protagonista. Abandonado de bebé, creció al
cuidado del bondadoso señor Allworthy junto a su hijo. Ya joven, sus
pretensiones hacia Sophia Western, la hija de un acaudalado aristócrata, hacen
que sea expulsado de la casa. A partir de entonces comienzan sus andanzas, que
incluso le llevan a la cárcel. Concluye la novela con el ansiado matrimonio con
Sophia, que se logra consumar al descubrirse que en realidad es hijo de la
hermana del señor Allworthy, su protector. La sociedad de la época aparece
retratada con un amplio abanico de personajes de todas las clases sociales
El clérigo irlandés LAWRENCE
STERNE (1713-1768) es la última de
las grandes figuras de la novela inglesa del XVIII. Admirador de Cervantes,
Rabelais y Swift, Sterne es un escritor que se adelantó a su tiempo. Su obra
cumbre, Vida y opiniones del caballero Tristram Shandy (1767), difícil
de catalogar, no fue entendida por la crítica del momento.
Juegos gráficos en Tristram Shandy |
INFLUENCIA DE LA
PICARESCA Y DE CERVANTES EN LA NOVELA DEL SIGLO XVIII
La novela moderna surge en la Inglaterra de la primera mitad
del siglo XVIII a partir de la senda abierta en España en los dos siglos
anteriores por la novela picaresca y el Quijote, que dieron entrada a la
realidad sin moralizarla en un sentido religioso. Se va abandonando, para las
narraciones ficticias en prosa, la opción denominada en inglés romance:
ficciones fantásticas, idealizadas y escapistas protagonizadas por caballeros
andantes o héroes de la antigüedad. El nuevo género literario elige lo
verosímil y va manifestándose gradualmente como el medio más apto para expresar
de manera realista las características de la sociedad. Así, la novela picaresca
aporta a los autores europeos del siglo XVIII un modelo narrativo en el que
destaca la verosimilitud, la parodia, el reflejo crítico de la sociedad y un
estilo sencillo. No obstante, encontramos huellas más concretas de su
influencia en Moll Flanders, de Daniel Defoe. Esta obra cumple las
características propias del género picaresco: narración en episodios, evolución
del personaje en función de los hechos que le suceden, cambio de clase social
de la protagonista, el engaño como principio de actuación, fingimiento
narrativo por el cual el autor se hace pasar como editor, etc. En Francia, la
principal muestra del género picaresco es la Historia de Gil Blas de Santillana
(1715-35) de Alain-René Lesage.
Edición inglesa del Quijote |
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