A. Público, género, temas y motivos
-Los escritores escriben para el único público posible: la
burguesía, a cuyo gusto se subordinan, aunque no sin rebeldía crítica y hasta desprecio
en ocasiones.
-El realismo muestra al hombre en su dimensión sociológica.
De ahí la temática, que recoge las inquietudes y transformaciones sociales, así
como la ausencia de preocupación moral en las conductas. A ello se debe la
selección de personajes marcados por los problemas de la vida cotidiana, una
especie de jungla donde pululan oportunistas, arribistas, especuladores,
avaros, nuevos ricos, marginados… en busca de un ascenso social que proporcione
poder y dinero. Recordad algunos personajes de La comedia humana de Balzac como el avaro señor Grandet de Eugenie Grandet o el
arribista Eugene de Rastignac (Papá Goriot).
-Asimismo, la mujer alcanza un protagonismo desconocido
hasta la fecha (Emma Bovary, Anna Karenina, La Regenta). Algunos de estos personajes tienen una mentalidad
romántica que no encaja con la de la nueva burguesía.
-El cauce más adecuado para plasmar todo esto fue la novela,
dado que la prosa narrativa era el género más adecuado para reflejar la
realidad, por el predominio de la función referencial. Al éxito de la novela
contribuyó el desarrollo editorial y la difusión de la prensa. Varias novelas
de Dickens y la misma Madame Bovary
de Flaubert se publicaron antes por entregas en prensa que en forma de libro.
-Se distinguen dos tipos de novela: las centradas en
personajes individuales, de tipo psicológicas (Crimen y castigo), y las centradas en colectivos o grupos
(burguesía, proletariado, mendigos…), de ambientación social (Germinal). También surgieron
las llamadas novelas de tesis, en las que el autor parte de una idea que quiere
comunicar al lector, a la que está subordinado el argumento y está representada
por personajes elegidos y descritos para este fin (casi todas las de Zola).
-Lo primordial en la novela del siglo XIX es dar una imagen
de la vida en la que se descifrará tanto la realidad externa como la
individual. Si lo que se pretende es reflejar la vida tal cual es, la suma
técnica realista consistiría en llegar a la verosimilitud, a la reproducción exacta de la realidad. Para
conseguir este objetivo, el escritor debía estudiar la realidad exterior con la
misma imparcialidad que se estudian, por ejemplo, las ciencias físicas. Por eso
los novelistas tenían en cuenta los métodos de observación de las ciencias
experimentales, se documentaban de los aspectos más nimios para llegar a captar
los ambientes, la sicología de las personas y, en general, el entorno de la
estructura novelesca. Desaparecen los hechos maravillosos y los personajes y
ambientes exóticos del Romanticismo.
B. Técnicas de la novela realista.
Los rasgos técnicos más importantes de la novela realista
que nos llevarían a la captación
totalizadora de la realidad son:
1º Objetivismo. El novelista se convierte en notario de la
actualidad, pero sin renunciar a tomar partido con sus ideas a través de algún
personaje. Todo lo contrario del romanticismo en el que prevalecía el
subjetivismo.
2º Narrador omnisciente. El narrador de la novela realista
es el único que conoce y explica todo. El narrador puede fingir ser un simple
cronista de lo que pasa, pero suele conocer lo que ha sucedido, lo que va a
suceder y los pensamientos más ocultos de los personajes. Además, suele
intervenir y juzgar a los personajes. En el caso de Flaubert, se distancia de
los mismos y se apoya en el estilo indirecto libre para trasladar sus
pensamientos.
3º. Descripción minuciosa. La importancia de la observación
en el realismo lleva al autor a detenerse en los más mínimos detalles físicos y
psicológicos de los personajes y ambientes. En algunas novelas predomina la
descripción sobre la narración. Para esa descripción fidedigna, se necesita observación y análisis (Flaubert estudia
libros de medicina para describir la muerte por envenenamiento). El novelista
tiene buen cuidado en situar a sus personajes y de ahí que recurra a
descripciones minuciosas del entorno y también de la apariencia de los mismos,
sobre todo, físicamente.
4ª. Sicologismo. Lo interior también es abordado y al
novelista del siglo XIX le va a preocupar. No podemos olvidar que una de la
vertientes de la novela del siglo XIX es la novela sicológica (Dostoyeyski, Crimen y Castigo)
5º. Contemporaneidad. La novela está concebida dentro de un marco
concreto como es la sociedad contemporánea. De ahí que su carga ideológica sea
uno de los rasgos definidores hasta conducirnos, en buena parte, a la novela de
tesis.
6º. Lenguaje coloquial o idioma hablado. Los novelistas
trataron de acercarse a la lengua de la gente en la calle, en el trabajo, en el
hogar, etc… Se eleva a categoría literaria la lengua de la conversación
cotidiana. Los personajes se expresan según su condición social, según el habla
de su región y según sus particularidades psicológicas individuales.
7º.- Estructura
lineal. Normalmente, las novelas son fáciles de seguir argumentalmente porque
el hilo narrativo avanza coincidiendo con el paso del tiempo.
C.- El Naturalismo
En la segunda
mitad del siglo XIX surgió una obra titulada Introducción a la medicina
experimental (1885) de Claude
Bernard en la que desarrollaba la idea de que la conducta humana vendría
determinada por la fisiología humana. Este pensamiento comenzó a desarrollarse
en la literatura y vino en llamarse Naturalismo. Emile Zola
(1840-1902) lo concretó en La novela experimental (1880) y Los
novelistas naturalistas (1881). Pero el Naturalismo
no sólo se circunscribe a la novela del siglo XIX; fue toda una ideología con los siguientes rasgos fundamentales:
1º. Cientifismo.
Se consideraba a la ciencia experimental como trampolín de explicación y
análisis del hombre y de la sociedad. Y en la novela los personajes deben
responder según las circunstancias y la influencia que tenga la herencia.
2º. Socialismo. El Naturalismo se oponía al arte burgués y
defendía una sociedad igualitaria en que las condiciones de vida se asemejaran;
de ahí que se mostrara implacable contra las ideas capitalistas y mostrara su
rebeldía ante el mundo constituido.
3º. Materialismo. El hombre era visto
bajo el prisma material y, por consiguiente, se desechaba o no se tenía en
cuenta lo espiritual. No creían en un “alma” desgajada del cuerpo. El hombre no
pasa de ser un organismo.
4º. Determinismo. La persona humana no puede ser
libre porque todo está condicionado por la estructura biológica -su anatomía
que marcará su destino y, a su vez, estará determinada por las leyes de la
herencia- y los condicionamientos que rodean al individuo como son la clase
social o la época histórica. Todo ello nos llevaría a reducir nuestra libertad.
Como consecuencia
de todo esto la novela naturalista se sintetizaría en un didactismo
claro. No se escribiría para el
puro divertimento sino para denunciar; en una expresión descuidada
en la que predominaría la jerga coloquial y, en general, el habla popular; en
una minuciosidad descriptiva. Se da una máxima importancia a la
observación y a la documentación. No olvidemos que el arte debe ser una
reproducción exacta de la realidad; en un pesimismo para poder
explicar las leyes de la herencia y en los ambientes ruines y míseros para
poder denunciar las injusticias sociales.
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