jueves, 20 de febrero de 2014

Los primeros sonetos de Garcilaso

Van un par de sonetos de Garcilaso de la Vega (entre ellos, el que hoy leímos en clase), seguido de algunas propuestas para ayudaros a comentar. Podréis encontrar más información y textos en el enlace bajo la imagen de su firma autógrafa.


Escrito está en mi alma vuestro gesto1,
y cuanto yo escribir de vos deseo:
vos sola lo escribisteis; yo lo leo
tan solo, que aun de vos me guardo en esto2.

En esto estoy y estaré siempre puesto3;                         5
que aunque no cabe en mí cuanto en vos veo,
de tanto bien lo que no entiendo creo,
tomando ya la fe por presupuesto.

Yo no nací sino para quereros;
mi alma os ha cortado a su medida;                               10
por hábito4 del alma mismo os quiero.

Cuanto tengo confieso yo deberos;
por vos nací, por vos tengo la vida,
por vos he de morir, y por vos muero.

1gesto: rostro o expresión.   2tan solo que aun de vos me guardo en esto: tan a solas que incluso me escondo de vos.   3puesto: concentrado.   4hábito: en el doble sentido (dilogía) de prenda y de costumbre.

¡Oh dulces prendas1 por mi mal halladas,         
dulces y alegres cuando Dios quería,
juntas estáis en la memoria mía,
y con ella en mi muerte conjuradas2!

¿Quién me dijera, cuando las pasadas                           5
horas que en tanto bien por vos me vía3,
que me habiades4 de ser en algún día
con tan grave dolor representadas5?

Pues en una hora junto me llevastes6
todo el bien que por términos7 me distes,                      10
llevame junto8 el mal que me dejastes;

si no, sospecharé que me pusistes
en tantos bienes, porque deseastes
verme morir entre memorias tristes.

1 prendas: regalos de la amada.  2 conjuradas: asociadas (su memoria y las prendas) con un mismo fin (su muerte).  3vía: veía.  4habiades: habíais; con acento en la-a-, por sinéresis.   5 representadas: recordadas, vueltas a presentar.   6llevastes: quitasteis,  igual que en  llevame (quitadme).   7 por términos: a plazos, en oposición a en una hora.   8junto: a la vez.






Como explicó Rafael Lapesa en un famoso estudio, en el devenir poético de Garcilaso se aprecian varias fases desde sus primeras composiciones hasta la últimas creaciones de madurez. Y aunque nunca prescindió completamente de la tradición cancioneril —en tanto que actitudes vitales y temas coincidían con las de los petrarquistas—, desde 1526 comenzó a probar suerte con los “sonetos y otras artes de trovas usadas por los buenos autores de Italia”, sin por ello dejar de escribir alguna que otra copla más a la castellana. De esta primera etapa son los estos sonetos los que parece estar acomodando su estilo aún cancioneril (y por lo tanto dado al conceptismo, a la deliberada complejidad formal), a la cadencia del endecasílabo. Este conceptismo puede apreciarse, según Lapesa, en cierta “afición por los juegos a base de palabras reiteradas”, que se suelen traducir bien en poliptotos,  bien en derivaciones.

El poliptoton es una figura retórica que consiste en emplear un mismo adjetivo o nombre en distintos casos, o un  mismo verbo en distintos modos, tiempos o personas. Un magnífico ejemplo se puede encontrar en el madrigal de Cetina en el que se conjuga siete veces el verbo “mirar” en apenas diez versos (página 236 del libro de texto). Tras leer atentamente los poemas,  localiza en cada uno de ellos un ejemplo de este recurso, especialmente en los verbos; busca también otros juegos de palabras (repeticiones, términos de forma similar o parónimos).

También sería característico de la poesía cancioneril peninsular —el muy influyente poeta Ausias March, que era valenciano—, “la reclusión en el propio espíritu”. Los poetas de cancionero “eluden retratar a la amada y no prodigan la contemplación de las cosas”. Así, no se encuentran fácilmente en su poesía descripciones de la dama, ni de otras realidades de la naturaleza. Tienden más bien a “la creación de paisajes imaginarios, frecuentemente alegóricos”, en los que predomina la abstracción frente a la concreción. Recuerda que lo que se intenta trasmitir no es tanto la imagen de la dama sino la impresión que deja, es decir, el mismo sentimiento del amor.

Vuelve a leer los sonetos anteriores centrando tu atención esta vez en los campos semánticos dominantes: ¿hay alguno vinculado a la naturaleza? Localiza ahora los nombres presentes en los mismos: ¿cuántos de ellos van adjetivados? Asimismo, comprueba si estos sustantivos aluden a realidades abstractas o concretas.  Por último, valora la relación entre la elección de este vocabulario con la “reclusión en el mismo espíritu” de la que hablaba Lapesa



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