miércoles, 2 de octubre de 2024

Los primeros versos del Poema del Cid

Sigue el arranque del Cantar de Mío Cid, conservado en un manuscrito del siglo XIV en la Biblioteca Nacional de España. Se trata de la única copia manuscrita del cantar de gesta medieval más antiguo que conservamos completo. Podéis consultar su digitalización aquí.

Primer folio del manuscrito del Cantar de mío Cid (BNE, VITR 7/17) 


De los sos oios tan fuerte mientre lorando
Tornaua la cabeça e estaua los catando:
Vio puertas abiertas e vços sin cannados,
Alcandaras uazias sin pielles e sin mantos,
E sin falcones e sin adtores mudados.
Sospiro Myo Çid ca mucho auie grandes cuydados.
Ffablo Myo Çid bien e tan mesurado:
Grado a ti Sennor Padre que estas en alto,
Esto me an buelto myos enemigos malos.
Alli pienssan de aguiiar, alli sueltan las riendas:
A la exida de Biuar ouieron la corneia diestra,
E entrando a Burgos ouieron la siniestra.
Meçio Myo Çid los ombros e engrameo la tiesta:
Albricia Albar Ffanez ca echados somos de tierra.
Myo Çid Ruy Diaz por Burgos entraua.
En su conpanna LX pendones leuaua: exien lo ver mugieres e uarones.
Burgeses e burgesas por las finiestras son puestos.
Plorando de los oios, tanto auyen el dolor.
De las sus bocas todos dizian una razon:
Dios, que buen vassalo si ouiesse buen sennor!
Conbidar le yen de grado, mas ninguno non osaua,
El rey don Alfonsso tanto auie la grand sanna.
Antes de la noche en Burgos del entro su carta,
Con grand recabdo e fuerte mientre sellada:
Que a Myo Çid Ruy Diaz que nadi nol diessen posada,


El perro del hortelano, comedia famosa de Lope de Vega

El perro del  hortelano es una de las más famosas obras dramáticas de Lope de Vega. Se suele caracterizar como una comedia palatina por su ambientación en palacio, concretamente en el de Diana, condesa de Belflor. El título alude a su comportamiento con su criado y secretario Teodoro, similar al que la expresión atribuye al perro guardián de un huerto, que ni come hortalizas ni permite que nadie se acerque a probarlas. 

La obra fue recogida en la Oncena parte de las comedias de Lope Félix de Vega Carpio en 1618 y se trata de una de las comedias de Lope más representadas en el siglo XX. Podéis completar la información en el siguiente enlace.


La Compañía Nacional de Teatro Clásico la montó por última vez en 2016, coincidiendo con el treinta aniversario de su fundación, bajo la dirección de Helena Pimenta.


Su versión cinematográfica más destacada, dirigida por Pilar Miró, recibió los parabienes del público y varios premios Goya. Emma Suárez y Carmelo Gómez interpretaron los papeles de Diana y Teodoro , respectivamente (en la imagen).


domingo, 3 de mayo de 2020

Los peces de la amargura: aspectos más relevantes en relación con su contexto histórico y literario

Sigue una posible respuesta para la pregunta 5b (o 7, según se mire), en caso de que se refiera a Los peces de la amargura de Fernando Aramburu. Se inspira en las críticas de Senabre, Castanedo y Larequi aparecidas en el momento de su publicación.

5b. Comente los aspectos más relevantes de la obra española posterior a 1974 que haya leído en relación con su contexto histórico y literario. 


Los peces de la amargura (Premio Real Academia Española 2008) es un libro de relatos  publicado en 2006 cuyo tema común es el clima de violencia social vivido en el País Vasco por el terrorismo de ETA. Su autor, Fernando Aramburu (San Sebastián, 1959), había publicado novelas destacadas anteriormente, pero su mayor éxito lo alcanzó con Patria en 2016 (Premio de la  Crítica en 2016 y Nacional de Narrativa en 2017), novela en la que retoma el mismo tema. Frente a la huida del presente que caracteriza la narrativa española del siglo XXI, más propensa a la recreación del pasado --bien de la juventud perdida, bien de la dictadura franquista y la Guerra Civil o de tiempos más remotos--, Aramburu abordó en estos relatos la que fue, según las encuestas, la principal preocupación de los españoles durante décadas más recientes.

El autor plantea en estas diez narraciones el modo en que afectan los atentados a sus víctimas y, sobre todo, a los familiares o cercanos damnificados, marcados ya para el resto de su existencia. Los relatos se presentan con una variedad de estrategias narrativas --el monólogo a un hijo por nacer (“Lo mejor eran los pájaros”); la narración en tercera persona (“Enemigo del pueblo”); el relato enteramente dialogado (“Después de las llamas”); o la carta (“Informe desde Creta”)--, paralela a la diversidad de historias y personajes: la familia de una víctima inválida (“Los peces de la amargura”); la mujer de un guardia urbano asesinado (“Madres); la madre remordida por lo que hizo su hijo etarra (“Maritxu”); los vecinos de un concejal acosado (“La colcha quemada”); el preso que cuenta cómo llegó a ser terrorista (“Golpes en la puerta”);  o el adolescente que averigua cómo mataron a su padre (“El hijo de todos los muertos”).

En cuanto al estilo, destaca el tono coloquial de muchos de los relatos y de sus personajes: en sus diálogos abundan los vulgarismos (apócopes, palabrotas) y los rasgos de la variedad diatópica del español en zonas de sustrato vasco, como el uso del condicional por el imperfecto de subjuntivo. Con este recurso las voces de los personajes se individualizan y su construcción adquiere verosimilitud. Tan creíble resulta la resignación de las víctimas, como la desgracia de los educados en el odio asesino.

El resultado es una crónica de los efectos de la violencia por quienes la sufrieron, que evita tanto los detalles tremendistas como los excesos sentimentales, pero que logra trasladar al lector al clima vivido en el País Vasco durante finales del siglo XX y principios del XXI. En esa representación costumbrista y sobrecogedora radica su gran valor literario, al que se suma el valor histórico y documental de la sociedad modelada en el País Vasco por el terrorismo de ETA y la presión social de sus cómplices.

lunes, 6 de abril de 2020

La familia de Pascual Duarte: valoración en relación con su contexto histórico y literario.

Sigue una propuesta para responder a la pregunta 5b de la EvAU si la lectura publicada entre 1939 y 1974  ha sido La familia de Pascual Duarte. Sin tratarse de un modelo, puede serviros de referencia.

5.b. Comente los aspectos más relevantes de la obra española publicada entre 1940 y 1974 que haya leído en relación con su contexto histórico y literario. 


Portada de la primera edición
La familia de Pascual Duarte fue la primera novela de Camilo José Cela (Premio Nobel de Literatura en 1989). Fue publicada en 1942, durante los primeros años de la dictadura franquista, al poco de acabar la Guerra Civil. Los años de la posguerra se caracterizaron por la crisis económica, derivada del aislamiento y la autarquía, y por la represión política y social. En su contexto literario, la novela contrasta con el tono triunfalista de novelas como La fiel infantería de Rafael García Serrano (Premio de Literatura en 1943) y con la búsqueda de la evasión a través de lo fantástico (El bosque animado, de W. Fernández Flórez). Surgen también obras como Nada de Carmen Laforet (Premio Nadal en 1944), de tipo existencialista, tendencia con la que se ha relacionado La familia de Pascual Duarte.
        
La base de la novela son las memorias de un campesino extremeño, Pascual Duarte, que recuerda los episodios de su vida como un nuevo pícaro, con la intención aparente de justificar sus actos más violentos: primero la muerte de sus animales (su perra Chispa y su yegua); y después aquellos homicidios que lo llevaron a la cárcel (el Estirao, novio de su hermana, y su propia madre, a la que culpa de su desdicha), desde donde escribe y espera su condena a muerte. La aparente indiferencia con que Pascual narra estos hechos sangrientos, verosímiles por el carácter del protagonista y por el ambiente cruel, caracterizan lo que se ha llamado “Tremendismo”, un realismo deformante, puesto que se centra en subrayar lo más desagradable y aberrante de la sociedad (la muerte de su hermano Mario; el primer encuentro amoroso con Lola en el cementerio,..). En la obra es muy perceptible la influencia de la novela picaresca, de la que toma la autobiografía en primera persona, el origen humilde, la intención exculpatoria e, incluso, el arranque del  relato de Pascual, idéntico al de La vida del Buscón ("Yo, señor, no  soy malo"), con la que trata de explicar su trágico destino, siempre perseguido por la desgracia. 
          La verosimilitud se acentúa con el recurso al perspectivismo, herencia de Cervantes, ya que lo narrado por Pascual va enmarcado por las notas de un supuesto transcriptor que halló el manuscrito, mientras que conocemos la muerte del protagonista por los testimonios de otros testigos como el cura y el guardia civil. Por estos últimos sabemos que su condena a muerte la causa el asesinato confeso del conde de Torremejía (el cacique de su pueblo), durante los quince días de revolución en el año 36, lo que daría pie a interpretaciones políticas, no del todo claras. Por último, el lenguaje combina el registro popular en refranes y expresiones ("El cántaro que va mucho a la fuente acaba por romperse"; "El vino no es buen consejero"), con el tono poético en otros pasajes, sorprendente en un campesino iletrado. Por todos los aspectos anteriores, se trata de una obra esencial de la literatura española contemporánea que supuso un revulsivo en el contexto de su publicación.

miércoles, 6 de noviembre de 2019

Luces de bohemia: valoración en relación con su contexto histórico y literario

Sigue una propuesta para responder a la pregunta 5b de la EvAU si la lectura anterior al 39 ha sido Luces de bohemia. Reformula redacciones tomadas de aquí y de allá. Sin tratarse de un modelo, puede serviros de referencia.




5b. Aspectos más relevantes de Luces de bohemia en relación a su contexto histórico y literario.

Ramón del Valle Inclán publicó por primera vez Luces de Bohemia en 1920 y en 1924 sacó a la luz su redacción definitiva en quince actos.

En  la obra se aprecian los conflictos políticos y sociales de la segunda década del siglo XX, cuando el sistema de turno de partidos con el que se rigió el país entre 1875 y 1923 entró en crisis por varios motivos (la corrupción, los desequilibrios sociales y los fracasos en la guerra de Marruecos, entre otros). Todo ello desembocó en la dictadura del general Primo de Rivera (1923-1929), surgida con el permiso de Alfonso XIII, lo que acabaría por motivar la abdicación del rey y la proclamación de la Segunda República en 1931.

Luces de Bohemia se inscribe en el esperpento, subgénero teatral creado por el propio Valle Inclán que parte de una deformación deliberada de la realidad para expresarla de manera más cruda, eficaz y artística. Constituye el intento innovador más importante del teatro español anterior a 1939.  Dos son los temas básicos de la obra: la vida bohemia de los escritores de principios de siglo y la realidad española presentada de forma muy crítica y pesimista, en el que todas las clases sociales se presentan denigradas.  El protagonista, Max Estrella, lo expresará con algunas de sus afirmaciones en el acto XII  ("España es una deformación grotesca de la civilización europea") al final de un recorrido nocturno que concluirá con su muerte a las puertas de su casa.

Estrella es un antihéroe, bohemio, borracho y ciego, que conserva a pesar de ello su dignidad y lucidez (seguramente se inspiró en el real Alejandro Sawa). Su lazarillo y supuesto amigo, don Latino de Híspalis, es un cínico que al final abandona al moribundo Max y le quita un billete de lotería con premio que podría haber salvado de la pobreza y el suicido a la familia de Max. En total, intervienen en la obra más de cincuenta personajes, casi todos presentados como caricaturas tras aplicárseles la deformación esperpéntica (hasta la animalización en algún caso).

En esa perspectiva deformante o "deformación sistemática de la realidad" radica gran parte de la novedad formal de la obra, junto a la riqueza de registros del lenguaje, desde el estilo pedante de los modernistas al lenguaje popular que emplean varios personajes. Destacan también las acotaciones, ricas en léxico y con valor artístico en sí mismas. Estas indicaciones, así como la diversidad de espacios y ambientes, hicieron de Luces de Bohemia  una obra difícilmente representable por su propia innovación que no se llevó las tablas en España hasta 1970.

sábado, 26 de octubre de 2019

Dos poemas de Juan Ramón Jiménez

Siguen dos poemas de Juan Ramón Jiménez (1881-1958), "autor esencial para la poesía en lengua española y para la poesía contemporánea occidental", según el monográfico que le dedicó el Centro Virtual Cervantes por el cincuentenario de su muerte (podéis consultarlo completo pinchando aquí).

El primer poema corresponde a su etapa sensitiva, muy influida por el Romanticismo tardío y el Modernismo, como se puede apreciar por el tema del jardín (Tema 1). El segundo fue escrito en la etapa de la poesía pura o desnuda (Tema 2).

Notad en el segundo poema uno de los rasgos de la peculiar ortografía de Juan Ramón, quien siempre utilizó la letra -j- para la velar fricativa sorda ("Intelijencia...").



¿Soy yo quien anda, esta noche,
por mi cuarto, o el mendigo
que rondaba mi jardín,
al caer la tarde...?
Miro
en torno y hallo que todo
es lo mismo y no es lo mismo…
¿La ventana estaba abierta?
¿Y no me había dormido?
¿El jardín no estaba verde
de luna...?… El cielo era limpio
y azul… y hay nubes y viento
y el jardín está sombrío…
Creo que mi barba era
negra... Yo estaba vestido
de gris… Y mi barba es blanca
y estoy enlutado… ¿Es mío
este andar? ¿Tiene esta voz,
que ahora suena en mí, los ritmos
de la voz que yo tenía?
¿Soy yo, o soy el mendigo
que rondaba mi jardín,
al caer la tarde...?
Miro
en torno… Hay nubes y viento…
El jardín está sombrío…
… Y voy y vengo… ¿Es que yo
no me había ya dormido?
Mi barba está blanca… Y todo
es lo mismo y no es lo mismo.
Tomado de «Jardines místicos », en Jardines lejanos, 1903-1904.

 Intelijencia, dame
el nombre exacto de las cosas!
Que mi palabra sea
la cosa misma,
creada por mi alma nuevamente.
Que por mí vayan todos
los que no las conocen, a las cosas;
que por mí vayan todos
los que ya las olvidan, a las cosas;
que por mí vayan todos
los mismos que las aman, a las cosas...
¡Intelijencia, dame
el nombre exacto, y tuyo,
y suyo, y mío, de las cosas!


Tomado de Eternidades, 1918.

sábado, 6 de abril de 2019

Ruta literaria por el Madrid histórico (IV): de las Trinitarias a la plaza de Santa Ana

Desde las Trinitarias subimos la calle Lope de Vega hasta llegar a la del León, por la que ya pasamos anteriormente. Recibe su nombre, según Capmany y MontPalau, de un "hermoso león , que encerrado en una jaula de madera enseñaba al público un indio, llevando dos maravedís por la entrada en la tiendecilla que improvisó". En el número 9 antiguo y 8 moderno, en la esquina con la calle de Francos (casa número 20 de la manzana  228) estuvo la última casa que ocupó Cervantes en Madrid durante el último año de su vida y en la que vino a fallecer. A pesar de los esfuerzos de Mesonero Romanos, fue demolida en 1833. La casa daba al mentidero de representantes, lugar de reunión de cómicos y aficionados, cuyos chismes podía escuchar Cervantes sin moverse de casa.

Desde León llegaremos a la calle del Prado, que podremos bajar hasta la sede del Ateneo o remontar hasta la calle de Echegaray, primer español Premio Nobel de Literatura (1904), olvidado hoy y despreciado en su día por Valle-Inclán y los escritores de su tiempo. Antes se llamó del Lobo, y hubo en ella corral de comedias utilizado por las cofradías de la Pasión y la Soledad, según el mismo Mesonero "en la casa que pertenecía a Cristóbal de la Puente". De  nuevo en Prado, subimos hasta la plaza de Santa Ana, ubicada en el solar del convento de carmelitas descalzas de Santa Ana fundado por San Juan de la Cruz en 1586 y derribado por orden del rey José I,  apodado por ello el Plazuelas. Hoy la plaza es más bulliciosa que sosegada, entre otras razones por los numerosos bares que la flanquean desde antiguo (por ello la  llamó el periodista Mariano de Cavia "plaza de la cerveza"). En el lado oeste, donde hoy se alza un hotel, estuvo el palacio de los Montijo y Teba, con sus salones imprescindibles para la nobleza de la época. En el este y separado de la plaza por la calle del Príncipe, el Teatro Español, bien visible desde que en a mediados del XIX fueron demolidos los edificios que lo ocultaban.  Desde entonces hasta ahora varias reformas han modificado su aspecto hasta la que hoy contemplamos, con las estatuas de Calderón de la Barca y García Lorca en sus extremos.

La primera fue instalada en 1880, poco antes de celebrar el bicentenario de su  muerte. En los bajorrelieves de su base se representan escenas de La vida es sueño, El alcalde de Zalamea, El escondido y la tapada y La danza de la muerte. Tal vez hoy pueda sorprender la preeminencia del autor en este espacio sobre otros dramaturgos como Lope, toda vez que el medallón con la efigie de Calderón también ocupa la posición central en el frontis del Teatro Español. Otro indicio de la consideración que don Pedro tenía a finales del XIX fueron los fastos por su mencionado bicentenario, hoy día impensables. En la siguiente foto se puede apreciar la arquitectura efímera levantada para señalar la fecha en plena calle Alcalá, justo frente al palacio de Linares: un monte Helicón coronado por su figura. Sic transit gloria mundi.
Bicentenario de Calderón de la Barca (1881, foto de Jean Laurent)
La estatua de Federico Garcia Lorca fue encargada en 1984, con motivo del cincuentenario del estreno de Yerma el 29 de diciembre de 1934 en el  Teatro Español, frente a cuya fachada buscaremos acomodo para observarla con detalle en la que será última escala de esta ruta.