1. Exponga el
contenido del fragmento y relaciónelo con la totalidad de la obra.
Esperando a Godot, Tragicomedia en dos actos (En attendant Godot, 1952) es obra del irlandés Samuel Beckett. En ella el autor anula el escenario (un lugar extraño donde solo hay un árbol), anula también la acción y la identidad de los protagonistas (cada cual podría ser el otro sin que nada cambiase). La obra presenta la angustiosa situación de dos personajes que esperan a alguien que nunca llega. Mientras sus protagonistas Vladimir y Estragon esperan a Godot , tienen que “matar el tiempo” haciendo “algo”, y ese “algo” que hacen es lo que estructura la pieza. Los dos amigos charlan, discuten, juegan con sus botas o sus sombreros, hablan con el tirano Pozzo y su esclavo Lucky (al cual le obligan a pensar para divertirse), y al final de cada uno de los dos actos de la obra reciben el mensaje de que Godot no vendrá hoy pero sí mañana, por lo que se supone que Vladimir y Estragon seguirán esperando. Si esperamos y seguimos esperando es porque alguien nos ha prometido algo lo suficientemente importante como para dar sentido a nuestra espera. Para algunos críticos Godot sería, por tanto, la cristalización de los deseos y necesidades que todos tenemos. Algunos van más lejos y señalan que Godot representa a Dios, aunque Beckett lo negó rotundamente.
Desde el momento
en que siguen viviendo, los personajes están ligados a una forma de generalidad
que se puede llamar Godot, y a través de él se ligan, directa o indirectamente
con otros hombres, como Pozzo, que entra en escena con Lucky, el criado guiado
por medio de una cuerda. También Pozzo sabe de Godot : “A mí también me haría
feliz encontrarle”. Estragón dice: No ocurre nada, nadie viene, nadie se va. Es
terrible”. Todo es terrible, excepto el hecho de que se espera a Godot, cuyo
mensajero llega para anunciar su venida el día siguiente. Caen, se
encogen, en posición fetal, como si quisieran encontrar el estado de gestación
primordial. Cuando llega el muchacho del día anterior para anunciarles que
Godot vendra mañana les dará la respuesta más ajustada a la pregunta: “¿Qué
hace el señor Godot?” – “No hace nada, señor”.
En resumen: dos personajes incompletos y frágiles, manejados por un destino que les excede, que a la vez que intentan comunicarse y ahuyentar el silencio ahonda el sentido radical de su soledad y constantemente están tentados de abandonarse, aunque es esa compañía, en última instancia, la única que hace más soportable una espera no se sabe muy bien de quién o de qué.
En resumen: dos personajes incompletos y frágiles, manejados por un destino que les excede, que a la vez que intentan comunicarse y ahuyentar el silencio ahonda el sentido radical de su soledad y constantemente están tentados de abandonarse, aunque es esa compañía, en última instancia, la única que hace más soportable una espera no se sabe muy bien de quién o de qué.
2.- Analice los aspectos formales del texto
Las principales características formales de Esperando a Godot son las siguientes:
-Una reducción de la acción dramática al mínimo (realmente
ocurren muy pocas cosas significativas), que incrementa las sensaciones de
angustia y de tedio de una existencia humana absurda.
-Diálogos truncados, incompletos, que apuntan hacia la
incomunicación humana;
-Importancia de la
gestualidad, que en este caso desmiente las palabras (ese patético final
radical en el que ambos protagonistas proclaman su voluntad de marcharse, de
salir de ahí, pero la acotación nos informa de que No se mueven.
-La propia desnudez del escenario y el elevado simbolismo de
cada uno de sus elementos apunta hacia esa sensación de vacío, de vértigo, de
sin sentido.
3. Comente la
producción literaria del autor con
especial atención a la obra seleccionada
Samuel Beckett (Dublín,1906 – París,1989) fue un dramaturgo, novelista, crítico y poeta irlandés, uno
de los más importantes representantes del experimentalismo literario del siglo
XX. Fue figura clave del llamado
teatro del absurdo y, como tal, uno de los escritores más influyentes de su
tiempo. Escribió sus libros en inglés y francés, y fue asistente y discípulo
del novelista James Joyce. Su obra más conocida es el drama Esperando a Godot, obra magna del teatro del absurdo, que surge en Francia alrededor de 1950.
La obra de Beckett es fundamentalmente sombría y tendente al
minimalismo y, de acuerdo con ciertas interpretaciones, profundamente pesimista
(hasta nihilista) acerca de la condición humana. De esta forma, con el tiempo
sus libros se hicieron progresivamente más crípticos y breves. El pesimismo de
Beckett viene sin embargo atemperado por un particular sentido del humor, entre
negro y sórdido.
El sinsentido de la condición
humana se refleja en su obra a través de argumentos sin significado, diálogos repetitivos,
la incoherencia, lo ilógico y el disparate. Critica a la sociedad en la que
vive y muestra su pesimismo sobre el ser humano. Su temática se centra en la
soledad, el sufrimiento, la brevedad de la vida humana, la imposibilidad de
comunicarse, la degradación física con el paso del tiempo, el sentido de la
vida, etc.
Además de la obra analizada, Beckett escribió otras obras valiosas, como las siguientes. En Días felices, la protagonista se va hundiendo lentamente en un montículo de tierra.
Pese a ello, encuentra siempre motivos, por insignificantes que sean, para
considerar sus "días felices". Su esposo vive obsesionado por el sexo
y una postal pornográfica que guarda. Además, está totalmente separado de su esposa,
detrás de su montículo. Final de partida la escenifican personajes lisiados y metidos en cubos de basura. El protagonista principal
es Hamm, un ciego paralítico que se ayuda de Clov, su sirviente, el cual no
puede sentarse. Los dos personajes, mutuamente dependientes, siempre se han
llevado mal. El sirviente a veces quiere liberarse de su yugo, pero nunca se
muestra capaz de hacerlo. La inmovilidad que invade la escena se refuerza con
la presencia de los padres de Hamm que viven en cubos de basura. De vez en
cuando piden comida y discuten absurdamente entre sí. Por último, en La última cinta.
Krapp es un hombre envejecido que acostumbra a grabar su diario en un
magnetófono. Encuentra una grabación antigua donde puede escuchar a un “yo” más
joven narrando historias del pasado. A Krapp le desagrada su “yo” pasado, y le
resulta particularmente duro escuchar a su “yo” más joven hablando del
encuentro con una mujer en aquellos años.
4.- Sitúe al autor en su contexto literario e
histórico.
Por otra parte, dentro de esta corriente existencialista y del absurdo destacan otros
dramaturgos importantes. El precursor Luigi Pirandello (1867-1936), autor Seis personajes en busca de autor, donde presenta a seis personajes que
exponen al director y a sus actores la historia real de sus propias
existencias. Por su parte, el escritor francés de origen rumano Eugene Ionesco (1909-1994) es autor de La cantante calva (1952), obra en la que no
aparece ninguna cantante, sino dos matrimonios (los señores Martin y Smith) y un bombero cuya charla estúpida
acaba en un delirio de gritos sin sentido. Del mismo año es La lección, en la
que un profesor, para explicar el término cuchillo, mata con él a su alumna. Compuso también Las sillas (1952) y El rinoceronte (1959).
El siglo XX es un tiempo de cambios. Nietzsche ya escribió a finales del XIX que Dios había muerto, porque el hombre tenía una sensación de vacío ante la falta de apoyo trascendente, agudizada tras el desastre de la Segunda Guerra Mundial.La firma del Tratado de Versalles tras la Primera Guerra Mundial (1914-1918) produjo el descontento de la vencida Alemania, lo que desencadenará veinte años después una un nuevo estallido bélico, entre 1939 y1945. El resultado más de cincuenta millones de muertos y la devastación moral de una sociedad que había contemplado el horror cara a cara. Estas traumáticas circunstancias provocan el desarrollo de la corriente filosófica del existencialismo, que recoge ideas de filósofos del XIX como Kierkegaard y Schopenhauer y que reflexiona sobre la angustia vital, el vacío y el absurdo de la existencia.
El siglo XX es un tiempo de cambios. Nietzsche ya escribió a finales del XIX que Dios había muerto, porque el hombre tenía una sensación de vacío ante la falta de apoyo trascendente, agudizada tras el desastre de la Segunda Guerra Mundial.La firma del Tratado de Versalles tras la Primera Guerra Mundial (1914-1918) produjo el descontento de la vencida Alemania, lo que desencadenará veinte años después una un nuevo estallido bélico, entre 1939 y1945. El resultado más de cincuenta millones de muertos y la devastación moral de una sociedad que había contemplado el horror cara a cara. Estas traumáticas circunstancias provocan el desarrollo de la corriente filosófica del existencialismo, que recoge ideas de filósofos del XIX como Kierkegaard y Schopenhauer y que reflexiona sobre la angustia vital, el vacío y el absurdo de la existencia.
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