El pensamiento ilustrado surge en
Francia y se extiende por toda Europa a lo largo del siglo XVIII. El cambio se
hace posible gracias al espíritu crítico con el que se empiezan a cuestionar
las creencias establecidas en todos los aspectos del pensamiento. El movimiento
ilustrado se basó en la plena confianza en la razón por encima de la fe como
medio para alcanzar el progreso. Esta nueva corriente filosófica se ve
intensamente influida por el racionalismo de Descartes, que afirma que la razón
es la base del saber, así como por el empirismo, del que se desprende la idea
de que el conocimiento ha de pasar necesariamente por la experiencia sensible
(ambas vías bien sintetizadas por Kant). Durante este periodo, el afán de
conocimiento aleja a los pensadores de las creencias religiosas y la convicción
de que el progreso conduce a la felicidad desemboca en el optimismo humanista.
El espíritu ilustrado propicia la fundación de instituciones creadas al
servicio del estudio y fomenta el ideal del hombre cultivado capaz de mostrar
su agudeza como librepensador. Ello supone la revisión crítica de las ideas
tradicionales y el nacimiento del pensamiento moderno, a partir de la búsqueda
de la verdad científica. La educación, en este contexto, adquiere una función
decisiva: debe ir dirigida a toda la sociedad, y ha de contribuir a liberar a
la gente de la ignorancia y de la superstición. Debe tener como finalidad el
progreso y la búsqueda de la felicidad humana.
Paralelamente se difunden en la
sociedad francesa, y después en las sociedades europeas y americanas, las ideas
de tolerancia, igualdad, fraternidad, libertad, así como la visión positiva y
optimista del progreso. En el espíritu
ilustrado está el germen de la independencia de los Estados Unidos, de la
Revolución Francesa y del liberalismo político del s. XIX, así como de las
democracias modernas. En el arte, el movimiento
dominante será el Neoclasicismo, que se extiende por Europa en la 2ª mitad del
siglo. Supone una vuelta al mundo grecolatino, especialmente a los ideales
artísticos de norma, belleza, mesura, proporción y utilidad. La literatura neoclásica tendrá, por consiguiente, un fin
didáctico y educativo y servirá para difundir las ideas del momento. Por esta
razón, el ensayo, género reciente, y la novela filosófica gozarán de un gran
desarrollo.
Para cumplir con sus propósitos, los ilustrados desarrollarán un proyecto ambicioso: la
Enciclopedia Francesa, la obra más emblemática del espíritu ilustrado. Se
trata de una recopilación ordenada alfabéticamente de todos los conocimientos
que constituían los diferentes campos del saber en el s. XVIII. Dirigida por
Diderot y D’Alembert, fue compuesta entre los años 1751 y 1780, y en ella
colaboraron escribiendo artículos los principales intelectuales del s. XVIII
(entre ellos Voltaire, Rousseau y Montesquieu). Constaba de 35 volúmenes.
Además de divulgar los conocimientos, pretendía organizar y sistematizar de
forma racional el saber y la ciencia. Contenía ideas revolucionarias sobre
política, educación, religión, etc., por lo que tuvo problemas con la censura y
dio lugar a agrias polémicas.
AUTORES
El barón de Montesquieu
(1689-1755), tras viajar por Europa y observar las costumbres de diversos
pueblos, se recluyó en su castillo para reflexionar y escribir. Las dos obras
principales de Montesquieu son Cartas
persas y El espíritu de las leyes.
La primera está escrita en forma epistolar, y es un supuesto intercambio de
cartas entre dos persas que residen en París y sus familiares que viven en su
tierra de origen. En ellas, el autor critica las costumbres francesas y
europeas de su tiempo, al tiempo que da cuenta de los problemas sociales,
políticos y religiosos de la época. En esta obra se inspiró Cadalso para
escribir sus Cartas Marruecas. El espíritu de las leyes es un ensayo
que contiene algunos fundamentos del liberalismo político que tendrán una
enorme influencia posterior. En esta obra se muestra partidario de la división
de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial.
Jean D’Alembert (1717-1783)
fue, además de codirector del proyecto enciclopédico, el autor de los artículos
relativos a las Matemáticas. También redactó el conocido “Discurso preliminar”,
en el que describe al movimiento intelectual europeo desde el Renacimiento.
Denis DIDEROT |
Denis Diderot (1713-1784), fue el planificador y principal director
de La Enciclopedia, a la que contribuyó con más de novecientos artículos. Escribió obras de teatro y, así como
varias novelas: La religiosa,
confesiones de una monja sin vocación, Jacques
el fatalista, un diálogo entre Jacques y su amo en el que se entrelazan
múltiples historias, y El sobrino de
Rameau, cuyo protagonista resume las principales ideas del autor. Escribió,
además, obras filosóficas, crítica de arte, novela y teatro. En cuanto a la
educación, Diderot defendía un sistema de educación pública dirigido por el
Estado.
Voltaire (1694-1778) ya en
su juventud sufrió un año de cárcel por sus escritos revolucionarios, y fue
posteriormente desterrado durante tres años a Inglaterra, donde conoció la
literatura inglesa y las nuevas corrientes científicas y filosóficas. Fue un
racionalista de espíritu libre, crítico e independiente que defendió en todos
sus escritos la tolerancia, el progreso, la igualdad, las libertades políticas
e individuales del ciudadano, etc., ideas que abrirán la puerta a la Revolución
Francesa y a una nueva etapa en la humanidad. Gozó de una extraordinaria fama y
ejerció una gran influencia en la vida intelectual del s. XVIII europeo.
Cultivó los géneros más variados: filosofía (Diccionario filosófico), historia (Ensayo sobre las costumbres y espíritu de las naciones), teatro (Edipo), narrativa (Cándido o el optimismo, El
ingenuo), crítica literaria, poesía… Su novela más importante es, sin duda,
Cándido o el optimismo. Es una novela
de carácter filosófico en la que Voltaire satiriza el optimismo de Leibniz,
representado en la novela por el personaje del filósofo Pangloss, preceptor de
Cándido. Este Pangloss cree que vivimos en el mejor de los mundos posibles. La
obra, sin embargo, no hace más que representar una realidad bien diferente: los
continuos infortunios que sufre el protagonista en Europa y en América y los
males del mundo.
J. J. Rousseau (1712-1778) es conocido, además de por su colaboración en
la Enciclopedia, por obras de
distintos géneros: Confesiones, El contrato social, Emilio y la novela La nueva
Eloísa. Emilio es un texto de
carácter doctrinal acerca de la educación. En ella el propio escritor,
transformado en personaje, es el preceptor de un niño huérfano llamado Emilio, que lo educa hasta el
matrimonio. Rousseau considera que es preciso rebelarse contra la nefasta
influencia que la sociedad ejerce en el desarrollo del hombre. Cree en la
bondad innata y natural de los seres humanos, de ahí que considere que la
educación debe tener por maestra la misma naturaleza. Fue una obra muy
polémica, censurada por la Sorbona y por el Parlamento de París. Sin embargo,
su influencia en el pensamiento pedagógico posterior ha sido decisiva. La nueva Eloísa es una novela epistolar
de tema amoroso y carácter filosófico, que obtuvo un éxito enorme tras su
publicación. Los amores de los protagonistas son perfectamente naturales, pero
la sociedad se muestra contraria a ellos y los llevan a un trágico final. A
partir de este tema, Rousseau expone sus ideas acerca de la sociedad, el
matrimonio, la religión, la moral, la educación, etc. Por la presencia del
sentimentalismo y la emoción ante la naturaleza, Rousseau puede ser considerado
también como un prerromántico.
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