jueves, 31 de mayo de 2012

Elogio de la belleza barroca

Avanzo en el cuaderno un soneto que mañana leerá una compañera sobre lo que hoy hemos tratado en clase. No voy a analizarlo para no pisárle la exposición, pero fijaos en que el autor, Bartolomé Leonardo de Argensola, elogia la belleza de la dama aun sabiendo que es falsa (como el azul del cielo y la realidad entera): puro espíritu barroco.

Yo os quiero confesar, don Juan, primero:
que aquel blanco y color de doña Elvira
no tiene de ella más, si bien se mira,
que el haberle costado su dinero.

Pero tras eso confesaros quiero
que es tanta la beldad de su mentira,
que en vano a competir con ella aspira
belleza igual de rostro verdadero.

Mas, ¿qué mucho que yo perdido ande
por un engaño tal, pues que sabemos
que nos engaña así Naturaleza?

Porque ese cielo azul que todos vemos
ni es cielo ni es azul. ¡Lástima grande
que no sea verdad tanta belleza!

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