lunes, 14 de marzo de 2011

Las tres vías hacia el éxtasis místico

El otro día no sé si con la lectura parcial e interrumpida del Cántico de san Juan de la Cruz se entendió el asunto del camino hacia el éxtasis místico. Por si acaso, aquí tenéis el ejemplo de la Noche oscura, clarísima en cuanto a dicho itinerario:

En una noche oscura,
con ansias, en amores inflamada,
¡oh dichosa ventura!
salí sin ser notada,
estando ya mi casa sosegada. 5

A escuras y segura
por la secreta escala(1), disfrazada,
¡oh dichosa ventura!,
a escuras y en celada(2),
estando ya mi casa sosegada. 10

En la noche dichosa
en secreto, que nadie me veía,
ni yo miraba cosa,
sin otra luz y guía
sino la que en el corazón ardía. 15

Aquésta(3) me guiaba
más cierto que la luz de mediodía,
adonde me esperaba
quien yo bien me sabía,
en parte donde nadie parecía. 20

¡O noche, que guiaste!
¡O noche amable más que el alborada(4)!
¡Oh noche que juntaste
Amado con amada,
amada en el Amado transformada! 25

En mi pecho florido,
que entero para él solo se guardaba
allí quedó dormido,
y yo le regalaba5,
y el ventalle(6) de cedros aire daba. 30

El aire de la almena,
cuando yo sus cabellos esparcía
con su mano serena
en mi cuello hería,
y todos mis sentidos suspendía. 35

Quedeme y olvideme,
el rostro recliné sobre el Amado;
cesó todo, y dejeme,
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidado(7). 40

(1)A escuras: a oscuras. (2) en celada: a hurtadillas, con sigilo. (3)Aquésta: ésta. (4)el alborada: el alba. (5)regalaba: acariciaba. (6)ventalle: abanico. (7)cuidado...olvidado: abandonó su pensamiento o preocupación; las azucenas fueron y son símbolo de la castidad por su blancura.

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